Este índice de Eficiencia de Conversión Alimenticia  identifica a los animales que hacen más con menos, utilizando menos recursos alimenticios para producir leche y carne.
Además, numerosos estudios han demostrado la correlación positiva entre la reducción de la ingesta de alimento y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Lógicamente, junto con GEI más bajos, los animales más eficientes también afectan positivamente la sostenibilidad al reducir el uso de la tierra, el costo de fertilizantes y pesticidas, el uso de agua, el uso de energía y el uso de combustibles fósiles.